Para prevenir las enfermedades, hay que evitar los pensamientos que nos inducen a emociones intensas del tipo de la preocupación, ansiedad, ira, temor o estrés; para ello hay que habituarse a observar los pensamientos.
Hay numerosas técnicas para aprender a controlar la mente, la mayoría provienen de las culturas orientales y ponen el acento en el desarrollo de la atención, de la capacidad de concentración; a estos métodos se les conoce con el nombre genérico de meditación.
Observar la respiración (como entra, como sale, entra-sale, entra-sale... y continuar prendidos del momento) es un buen entrenamiento para aprender a controlar los pensamientos.
El Dalai Lama, aconseja a los occidentales, meditar andando, observando el ritmo de los pies y centrados en el paso ( levanto-piso, levanto-piso) es otra forma de desarrollar el hábito de la atención.
Al tener la mente centrada en algo concreto, se impide que los pensamientos vaguen por terrenos descontrolados, sembrando semillas que no queremos recoger como cosecha y que crean emociones intensas, que bloquean los órganos proveedores de energía, para el buen funcionamiento de todo el ser humano.
Las tareas cotidianas se pueden utilizar como una forma de meditación, solo es necesario realizarlas con atención plena, atendiendo cada detalle; viviendo el aquí y ahora, con plena conciencia, evitamos "los malos pensamientos".
Son "malos pensamientos" aquellos que nos inducen a vivir emociones de preocupación, enfado, temor, que preparan el terreno para el cultivo de gérmenes que causan enfermedad.
Son pensamientos positivos aquellos que nos hacen aceptarnos tal y como somos, ser agradecidos por todo lo que poseemos, ser amables con los demás y respetuosos con el medio que nos rodea.
Para tener pensamientos agradables, empecemos por observar el propio pensamiento.
Hay numerosas técnicas para aprender a controlar la mente, la mayoría provienen de las culturas orientales y ponen el acento en el desarrollo de la atención, de la capacidad de concentración; a estos métodos se les conoce con el nombre genérico de meditación.
Observar la respiración (como entra, como sale, entra-sale, entra-sale... y continuar prendidos del momento) es un buen entrenamiento para aprender a controlar los pensamientos.
El Dalai Lama, aconseja a los occidentales, meditar andando, observando el ritmo de los pies y centrados en el paso ( levanto-piso, levanto-piso) es otra forma de desarrollar el hábito de la atención.
Al tener la mente centrada en algo concreto, se impide que los pensamientos vaguen por terrenos descontrolados, sembrando semillas que no queremos recoger como cosecha y que crean emociones intensas, que bloquean los órganos proveedores de energía, para el buen funcionamiento de todo el ser humano.
Las tareas cotidianas se pueden utilizar como una forma de meditación, solo es necesario realizarlas con atención plena, atendiendo cada detalle; viviendo el aquí y ahora, con plena conciencia, evitamos "los malos pensamientos".
Son "malos pensamientos" aquellos que nos inducen a vivir emociones de preocupación, enfado, temor, que preparan el terreno para el cultivo de gérmenes que causan enfermedad.
Son pensamientos positivos aquellos que nos hacen aceptarnos tal y como somos, ser agradecidos por todo lo que poseemos, ser amables con los demás y respetuosos con el medio que nos rodea.
Para tener pensamientos agradables, empecemos por observar el propio pensamiento.
Me parecen muy interesantes los ejercicios propuestos sobre la respiración y la observación de los propios pensamientos.
ResponderEliminarSon sabias y sencillas las recomendaciones de el Dalai Lama, persona pacifica que dedica su vida a ayudar a todos los seres a experimentar la felicidad verdadera.
Gracias por estas palabras
Yo aconsejo leer "la senda del lider" del dalai Lama, una ayuda para vivir más felices.
ResponderEliminarGracias, por tus ánimos, todos vamos en el mismo tren y por el mismo camino.